Cada año por estas fechas, nuestra hermosa finca se ve visitada por grupos de pequeños duendes que, llenos de curiosidad, la recorren en busca de frutos y hojas de distintos colores, tamaños y formas. Todo un privilegio para estimular los sentidos a los cromatismos, olores y texturas del otoño. Es una aventura en la que estos alegres seres aprenden colaborando y tras la recolecta, llevarán a clase sus tesoros para, en los días sucesivos, seguir analizándolos y utilizándolos para componer sus asombrosas obras de arte.
En este enlace os dejamos un breve REPORTAJE FOTOGRAFICO.